El corte de digestión: mitos y medias verdades
Desde hace décadas llevamos oyendo hablar del corte de digestión como un problema de salud asociado al baño en piscinas o la playa después del consumo de alimentos.
Pero, ¿y si te dijéramos que realmente el corte de digestión no existe? Entonces, en ese caso, ¿qué es un corte de digestión y cómo se produce el efecto de síncope que todos conocemos durante el baño en la playa o piscinas?
En el artículo de hoy te contamos los mitos que rodean al corte de digestión y cuáles son las medias verdades que rodean a esta creencia popular.
¿Existe el corte de digestión?
Para sorpresa de muchos, el corte de digestión no existe realmente. Cuando consumimos alimentos, nuestro organismo ejerce un esfuerzo extra para poder digerir y procesar adecuadamente todos los nutrientes que necesitamos para vivir y ejecutar ciertas funciones metabólicas, desde la respiración o la propia digestión, hasta las sinapsis de nuestras neuronas.
Sin embargo, y a pesar de la creencia popular, el proceso digestivo no se corta o paraliza debido a una inmersión en el agua. Por ello, realmente podemos decir que el corte de digestión no existe, sino que se trata de un pensamiento arraigado en la creencia popular desde hace muchísimos años.
El corte de digestión ha sido motivo de controversia siempre, ya que los padres y madres han servido como hilo conductor para este mito sin ser conscientes de ello. Ya sea en la playa o en una piscina, siempre se nos ha dicho que debemos aguardar varias horas después de comer para evitar el corte de digestión.
Por otro lado, a pesar de que el corte de digestión no existe como tal, sí que guarda cierta relación con un trastorno relacionado con la inmersión acuática y la temperatura corporal. Este recibe el nombre de hidrocución. Por ello, es entendible que exista una confusión alrededor de este mito alimentario.
Hidrocución: la verdadera causa del falso corte de digestión
Entonces, ¿cómo se relaciona el agua con la digestión?. Realmente, el efecto relacionado y conocido erróneamente con el corte de digestión es la hidrocución, es decir, un síncope provocado por el cambio brusco de temperatura en el organismo.
Los síntomas del corte de digestión o hidrocución son dolor de cabeza, palidez, zumbido de oídos, visión borrosa, vómitos y náuseas que pueden acabar en la pérdida del conocimiento. Además, si nadie acude a socorrernos, hay riesgo de una muerte por ahogamiento.
Este trastorno también puede cursar con espasmos, y un bloqueo de las vías respiratorias que desencadena la pérdida del conocimiento mencionada que puede llevar a ahogos si estamos dentro del agua. Y este es realmente el peligro que conlleva la hidrocución, no tanto el corte de digestión sino la muerte por ahogamiento.
Por qué se produce el “corte de digestión”
A pesar de que no existe el corte de digestión como tal, sí que hay una relación entre nuestra digestión y la hidrocución.
Después de comer, cuando se va a producir la digestión, nuestro organismo concentra grandes cantidades de sangre en el sistema digestivo para poder facilitar la absorción de nutrientes, vitaminas y minerales.
De esta forma, se produce un aumento significativo de la temperatura de nuestro cuerpo. Si nos bañamos de forma inmediata, sumergiéndonos de golpe o en aguas muy frías, corremos el riesgo de que se produzca la hidrocución en nuestro organismo, aumentando considerablemente las posibilidades si hemos comido en exceso previamente.
Otras actividades que también pueden desencadenar este problema además del baño, son los ejercicios físicos. El deporte también provoca un cambio rápido de la temperatura de nuestro cuerpo, por lo que corremos el riesgo de sufrir los mismos problemas después de una comida abundante. De esta forma observamos que no solo existe el corte de digestión por comida, sino que también existe el corte de digestión sin agua y el corte de digestión sin bañarse. Curioso, ¿verdad?.
¿Es malo bañarse después de comer?
Podemos concluir que, a pesar de la creencia popular transmitida durante tantos años por varias generaciones, no es malo bañarse después de comer ni tan siquiera es necesario esperar dos o tres horas después de comer para poder bañarse.
Debemos sumergirnos poco a poco, sobre todo en caso de haber tenido previamente comidas abundantes y copiosas. En estos casos sí que debemos introducirnos en el agua progresivamente, mojando paulatinamente las distintas partes de nuestro cuerpo en puntos concretos que ayudarán a regular la temperatura global, como el cuello, las orejas o las muñecas.
De esta forma ayudaremos a disminuir el cambio brusco de temperatura que se puede llegar a producir en nuestro cuerpo después de una comida pesada.
Recuerda, el corte de digestión es un mito porque la digestión no se corta, aunque esta sí que puede ralentizarse y desencadenar problemas adicionales relacionados con el cambio brusco de temperatura que pueden llegar a ser muy peligrosos para nuestra salud.